2024/07/01
La “11º edición del Evento benéfico de natación en Sagamihara” se llevó a cabo en Sagamihara Green Pool en la prefectura de Kanagawa, y los empleados del Grupo ANA que se reunieron participaron voluntariamente.
Los nadadores participaron en una competencia de relevo con atletas invitados de las áreas afectadas por el terremoto, compartieron sus experiencias del desastre en el lugar del evento e interactuaron a través de la natación.
Este evento se realizó inmediatamente después del Gran terremoto del este de Japón ocurrido en marzo del 2011.
El propósito de este evento es transmitir los recuerdos y las lecciones que dejó el desastre a las generaciones que no lo vivieron y compartir la gratitud de poder nadar invitando a atletas de todas las edades tanto de las áreas afectadas como de diversas regiones a reunirse en un mismo lugar. Una parte de la cuota de participación se utiliza para apoyar los esfuerzos de reconstrucción.
Una de las razones para realizar el primer evento hace 13 años fue la foto de unos atletas de Kesennuma, en la prefectura de Miyagi, en la que cada uno escribía y sostenía un pedazo de papel que decía “¡Quiero nadar!” frente a una escuela de natación destruida.
El señor Soehata de la Asociación de natación de Sagamihara (presidente actual de la asociación), quien vio la escena en las noticias, decidió realizar un evento de caridad y dijo: “Si quieren nadar, déjenlos nadar”.
En ese momento, era extremadamente difícil incluso llegar al área del desastre debido a la falta de gasolina, por lo que contrató a una empresa de autobuses para coordinar el transporte desde el área afectada hasta la prefectura de Kanagawa, utilizó el espacio disponible en el autobús para transportar suministros de emergencia y preparó un alojamiento con baño público donde los participantes podían pasar la noche.
El evento de este año se realizó luego de que un reportaje periodístico informara que una escuela de natación no podía practicar debido a los daños de su piscina causados por el terremoto de la Península de Noto ocurrido en enero de 2024, y se invitó a 17 nadadores y personal de la escuela a participar bajo el lema “#¡Salvemos la Península de Noto!”.
En la ceremonia de inauguración, seis atletas invitados de las áreas afectadas por el Gran terremoto del este de Japón y el terremoto de la Península de Noto, así como atletas de la prefectura de Kanagawa que vivían en las áreas afectadas en ese momento, compartieron sus experiencias del desastre.
El recinto estaba en absoluto silencio mientras el público escuchaba los pensamientos y sentimientos de cada atleta, que solo quienes vivieron la catástrofe pueden transmitir.
(Extractos del discurso)
“Hay muchas personas que perdieron la vida en el terremoto, a pesar de que querían vivir. La vida es irreemplazable”.
“Pude volver a sentir la alegría de poder nadar, y sé que no es habitual que ahora pueda hacerlo”.
En el recinto se exhibieron afiches creados por atletas de Tohoku y mensajes de gratitud para los colaboradores; además, los atletas de Noto recaudaron fondos para reconstruir la piscina.
Los atletas invitados de Noto nos dijeron: “Sentía mucha ansiedad por todos los terremotos, pero me alegró poder participar en un gran evento y nadar en una piscina grande".
“Hicimos una barbacoa y acampamos (con atletas de Kanagawa y Tohoku), y fue divertido interactuar con tantas personas de nuestra edad”.
Para los niños de Noto, que no habían podido nadar ni compartir con sus amigos, esta competencia fue una experiencia especial.
Fui a la escuela secundaria ubicada justo al lado de Green Pool, así que participé en el evento por tres años, desde el primer evento que se realizó después del Gran terremoto del este de Japón.
Todavía recuerdo claramente escuchar a personas de más o menos mi edad en ese momento relatar sus experiencias del terremoto y de la tragedia causada por los daños, y sentirme impotente con las pocas facultades de un chico de 16 años que quería ayudar, pero que no podía hacer nada.
En el pasado, practiqué natación competitiva, pero a medida que fui creciendo y el aspecto competitivo se fue desvaneciendo, pensé en la importancia de nadar como miembro de la sociedad y deseé poder contribuir de alguna manera.
Esta vez, además de tener una conexión especial con este evento, queríamos apoyar a los atletas permitiéndoles nadar con quienes deseaban ayudar, por lo que reclutamos participantes del Grupo ANA, que también tienen una fuerte afinidad con la natación (tiene un acuerdo de patrocinio con la Federación de Natación de Japón).
Este evento comenzó con el discurso de una persona afectada por el desastre. Fue profundamente conmovedor ver a todos nadar canalizando las emociones que sintieron en ese momento, alentar con voces temblorosas, sentir lo que querían transmitirse los unos a los otros, y esbozar sonrisas satisfechas.
Sentí que la parte más fascinante del evento fue cuando los pensamientos y los sentimientos de todos se fusionaron en un sentido de unidad, y la mentalidad cambió de “nademos de forma competitiva” a “nademos juntos”.
También sentí que es importante evitar que los recuerdos del desastre se desvanezcan y apoyar en lo que podamos para lograr una recuperación sostenible y rápida.
Seguiremos enfrentando nuevos desafíos que solo ANA puede asumir.
Ingresé al evento después de ver la convocatoria en el sitio web de la empresa. No nadaba desde hacía unos 25 años, y como ya pasé los 50 y he sido empleado de la empresa la mitad de mi vida, me postulé con un sentido de desafío, preguntándome qué pasaría si usara mi experiencia del pasado y la aplicara ahora. Por supuesto, el componente benéfico fue otra motivación. Debido a la reciente ola de desastres, tenía mis propias ideas sobre los esfuerzos de recuperación, y también sentí que podía hacer algo, incluso si era tarde, nadando. Cuando nadé, los resultados fueron terribles, muy alejados de los movimientos físicos y de los tiempos que había imaginado (risas). Pero más que eso, sentí una gran sensación de alegría. Al participar en el evento, escuché las verdaderas voces de las víctimas del desastre y me sentí conmovido por los mensajes de los organizadores en el tablero de anuncios electrónico, lo que me hizo anhelar la pronta recuperación de las áreas afectadas.
He tenido muy pocas oportunidades de participar en eventos benéficos en el pasado.
Me alegra mucho que nadar fuera una oportunidad tanto de desafío personal como de caridad.
Espero que podamos descubrir lo que podemos hacer con nuestra “singularidad ANA” como herramienta.
Hasta ahora, el Grupo ANA ha proporcionado ayuda para los afectados por el terremoto de la Península de Noto a través de la donación de millas (ayuda monetaria), el descuento de apoyo para la recuperación de Noto y el descuento de apoyo para Hokuriku.
Seguiremos contribuyendo a las comunidades locales de diversas maneras.